domingo, 5 de febrero de 2012

AL RESPLANDECER LA LUZ DE LA VERDAD, SÓLO ASÍ HABRA REAL JUSTICIA.

Blog de Mercedes Díaz Solis.

San Cristóbal de Las Casas, Chiapas.- En la conferencia de prensa que ofrece el Obispo Felipe Arizmendi Esquivel, después de la misa dominical, dijo  a través de una declaración lo siguiente. La Suprema Corte de Justicia de la Nación Ordenó liberar a otros siete tsotsiles del municipio de Chenalhó, detenidos en 1997 por la masacre en Acteal de los 45 miembros de la Sociedad Civil “ Abejas”, que estaban orando y ayunando por la paz. Se les declara inocentes y que, por tanto, no debían seguir presos en “El Amate”.
 Estos se suman a los ya liberados en fechas anteriores, con lo cual se va reduciendo el número de los encarcelados por ese horrendo crimen, ¿ Será posible que, después de meses, todo queden libres, y que nadie haya sido responsable directo de esas muertes?
Los Familiares de las Víctimas señalan que varios de los excarcelados son verdaderos culpables físicos de esas muertes. La suprema Corte finca su determinación en que los procesos judiciales no se adjuntaron a los términos legales; pero esto no significa que sean inocentes. S e puede aducir una inocencia jurídica, pero no real ni moral. Aunque salgan libres, su conciencia no les dejará tranquilos, pues son conscientes de su responsabilidad. Sí en efecto, alguno fuera realmente inocente, no debió encarcelarse.
Se dice que los liberados no deben regresar a sus comunidades de origen para evitar que los deudos de las victimas les causen algún daño. ¡Qué afirmación tan sentido! ¿No será más bien para evitar que los criminales liberados vuelcan a perpetrar su saña destructora contra quienes han demostrado su lucha por la justicia  en denuncia  de todo tipo, pero no en venganza contra sus agresores. Su fe cristiana y católica les hace ver que, como dice la Palabra de Dios, el mal no se combate con el mal, si no con el bien.
La implantación de la Justicia requiere como base la verdad, sin verdad, no hay justicia. Si los encarcelados fueran en verdad inocentes, no deberían haber sido apresados. S i los liberados son en verdad culpables, no deberían haber sido encarcelados. ¡Cómo es indispensable que brille la luz de la verdad para que haya justicia! Cooperamos todos, cada quien según su conocimiento justo de los hechos, para que en todo este asunto resplandezca más plenamente la luz de la verdad, sólo así habrá real justicia.


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